EL ESTILO NAIF O PINTURA INGENUA

No es fácil definir la pintura ingenua.

La palabra “Naíf” es recogida en el Diccionario de la Lengua Española con el siguiente significado: (voz francesa) Dícese de un tipo de arte, generalmente pintura, practicado por artistas dotados de un sentido plástico natural, al margen del arte académico.

El término “naif” (naives) es una palabra francesa que significa “ingenuo” o “simple”. La complejidad del arte naíf reside precisamente en su simplicidad, una pintura ingenua que presenta un mundo pacífico, mágico, idealizado, contrapunto a una realidad que no lo es.

“Naíf” es una pintura no académica, no se estudia, no se aprende y no se puede fingir, sino se siente.

“Naíf” se caracteriza por la ingenuidad, por la espontaneidad, los colores brillantes y antinaturistas, y una perspectiva acientífica, y se mantiene desligado de los estilos, escuelas y vanguardias.

El artista naíf no comunica de forma intencional un mensaje en su pintura, tan solo cuenta un relato, de forma ingenua y encantadora, mientras el artista convencional busca un mensaje determinado y de forma deliberada. Los pintores naíf ofrecen una pintura fresca, colorida e incontaminada. 

No quieren molestar a nadie ni pretenden con su arte inquietar, ni deformar la realidad. Al contrario, los naífs interpretan la realidad en una forma optimista, alegre, pacífica y con frescura.

El arte naíf es siempre figurativo. Se desarrolla primero en Francia en los comienzos del siglo XX, de la mano del artista como Henri Rousseau que influye en la pintura de Grandma Moses en Estados Unidos y Alfred Wallis en Inglaterra, entre otros.

Uno de los críticos de arte más fieles, quizá el primero, en la defensa del arte naíf fue el alemán Wilhelm Uhde, quien entre los años 1906 y 1910 se convirtió en protector y marchante.
Las obras del aduanero Henri Rousseau se presentaron en 1911 en una exposición retrospectiva que despertó la fiebre de lo “naíf”.

Los pintores naïfs no crean ninguna “tendencia” dentro del arte moderno. Sus productos, cándidos y fantásticos, se hallan fuera de las controversias intelectuales de los artistas profesionales. 

Los verdaderos pintores naïfs crean de forma despreocupada y espontánea, siguiendo los impulsos de su corazón. Su originalidad y su poética naturalidad alegran por el candor de su inspiración y la inconsciente fantasía de sus sueños. Pero dentro de la profusión y pluralidad de las obras englobadas bajo el título de arte neoprimitivo o naïf, no todo es expresión artística.

No obstante, en todas las corrientes y tendencias germina algo viviente. La mayor virtualidad de sus elementos reales, lo verdaderamente naïf, tiene sus raíces en el origen de la existencia. 

Las propiedades de la pintura naïf no consisten simplemente en la sencillez decorativa y en el primitivismo descriptivo, sino en el gozo del descubrimiento y en su plasticidad cargada de fantasía. Cuando aquella posee estas cualidades, asciende al verdadero arte. Ningún conocedor tendrá hoy reparo alguno en situar al pintor Rousseau, en igualdad de derechos, junto a Cízanne y Picasso. 

No sólo ofrecen interés para la observación aquellos autores que alcanzaron la maestría gracias a las fuerzas de sus dotes naturales; también aquellos que, tras un agotador trabajo profesional, buscan una compensación relajante en la obra creativa, mediante el frescor de su contemplación y la espontaneidad de su narración, contribuyen a la revivificación de la plasticidad perdida.

A su impulso de creación artística consagran las horas que siguen a su jornada laboral, los fines de semana y las vacaciones. No es, pues, de extrañar que parte de los pintores naïfs más significativos empezaran su actividad artística a una edad ya avanzada, dado que en el otoño de la vida es cuando más tiempo libre se tiene. 

El mismo Rousseau sólo pudo dedicarse a su arte después de jubilado. Y lo mismo puede decirse de Vivin, el empleado de correos, o de Hirshfield, el fabricante de zapatillas. También a Grandma Moses tuvo que resultarle el trabajo del campo muy pesado antes de coger los pinceles, para buscar en otra actividad un sentido a su existencia. 

Es cierto que no todos los pintores naïfs estaban en condiciones de crear obras imperecederas. No obstante, muchos hombres de los que se dedican al arte de forma creativa, y no sólo como distracción, se convierten en un fermento para el arte futuro.

Biografías de artistas Naíf: 

  » Bauchant André - Francés, 1873 - 1958
» Darger Henry J. - Estadounidense, 1892 - 1973
» Grandma Moses - Estadounidense 1860 - 1961
» Hicks Edward - Estadounidense, 1780 - 1849
» López Cándido - Argentino 1840 - 1902

» Rousseau Henri - Francés 1844 - 1910


Información tomada de:http://www.kathrinpeters.com/Pintura/EstilosPintura/Naif/index.htm